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Un error frecuente es confundir tristeza, dolor y sufrimiento.
El dolor es la respuesta adecuada frente a una situación externa súbita, como traición, muerte cercana, etc. Una vez superado el dolor nos da la clave de un aprendizaje positivo. Nos abre a la compasión, es decir a compartir el fruto de nuestro aprendizaje con los demás para mejorar la vida.
El sufrimiento es la no comprensión del suceso que nos causó dolor. Siempre es inútil, pues es la energía que tendría que haber fluído en la comprensión espiritual del hecho que nos provocó dolor.
Por ejemplo, cuando desencarna un ser cercano, sentimos gran dolor hasta que comprendemos que nuesetro amor perdura, que la presencia de este ser que se ha ido temporariamente fue muy importante y que dejó una marca de paz para el resto de nuestra vida. Afloran en nuestro corazón, al pensar en esta persona, un gran amor, un gran reconocimiento y especialmente un gran agradecimiento por haber compartido tanto con nosotros.
El sufrimiento es el apego sólo al abandono físico, como si el que se fue lo hubiese hecho a propósito. "Por qué te me fuiste?", exclama inútil y egoistamente el sufriente.
La tristeza, como hemos visto, implica una elección de vida. De ahí la importancia de su erradicación, ya que el planteo en sí de la tristeza es lo que no nos permite crecer encarnación tras encarnación.
Todos pasamos por momentos de dolor o sufrimiento, ya que ante ciertas situaciones en la vida reaccionamos lo mejor que podemos. Pero a la tristeza hay que verla como un estado que afectó directamente al alma. Estará comprometiendo varias encarnaciones si no hacemos la tarea psicológica y espiritual de erradicarla.
La tristeza es una pérdida del tono, es un debilitamietno interno que afecta el equilibrio de las emociones.
GEMOTERAPIA: Sanación con cristales
Bernardo Wikinski
Editorial Kier